Por Sonia Benedetti Sanmartín.
La primera idea es que los ERTES ya
no están vinculados al estado de alarma. En principio, todos, pero es probable
que puedan prorrogarse en algunos
sectores, como el turismo.
Es obvio que no se va a producir
la recuperación económica del 100% y por eso ya se habla de una significativa
caída del PIB.
¿Qué hacer entonces? La solución sería
tramitar un segundo ERTE, precisamente por razones económicas, técnicas ,
organizativas y productivas (ETOP). En este caso creo que el caso sería
defender la causa productiva por ausencia o defecto de demanda. La tramitación
conlleva un proceso, hay que seguir un procedimiento que lleva un tiempo. Si no
se hace nada y llega el 30 de junio la
pregunta es ¿qué haces, reincorporas a toda la plantilla aunque no hayas
recuperado la actividad?.
Por eso la ley permite que si
eres capaz de prever tus necesidad de personal, se le puede dar cobertura legal
a la situación a través de ese segundo ERTE que puedas tramitar antes de que
acabe el vigente, para no verse el disyuntiva de tener que reincorporar a toda
la plantilla el 1 de julio.
El ERTE ETOP (así llamado por su
siglas) tiene la gran desventaja de que no es gratis (las bonificaciones de las
cotizaciones) y los trabajadores consumen paro. Sin embargo es más flexible
para adecuar la plantilla a las necesidades de la empresa.: altas y bajas, jornadas
completas o reducción, días alternos, etc. Ahora mismo el sistema es muy rígido
porque tiene unas prestaciones excepcionales.
A partir del 1 de julio podremos adecuar
la plantilla a la propia viabilidad de la empresa, ya que no juegan las
limitaciones impuestas por la fuerza mayor legal sino por el mercado y tu actividad.